Tierra sin nosotros

miércoles, 4 de marzo de 2009

Batukada

No sé por qué, el día de hoy me ha traído ecos del verano, y de la noche en que escribí este poema: de la situación en que me encontraba, y de las personas que estaban a mi alrededor. Después de leerlo, Elena Medel (una joven poetisa cordobesa) me dijo que era un genio, y Edu (otro joven poeta cordobés) que el estilo era el mismo que el de Elena Medel (quizás lo segundo explique lo primero). Os lo dejo aquí para que juzguéis por vosotros mismos:

Batukada

Tú eres el que acecha en las barras de los bares
a las chicas con pantalón pitillo.

Te agarras fieramente a sus cinturas
y las obligas a trazar círculos, elipses, espirales.

Son sacerdotisas que te rinden culto en catedrales con pósters de Madonna,
pitias extasiadas bajo bombillas psicodélicas.

Tus estertores metálicos retumban en sus cuevas de paredes escarlatas,
después te resbalas por la porcelana del lavabo con el compás de sus arcadas agónicas.

Eres un gallo de plumas amarillas,
el motor roto de mi lavadora,
una mosca atrapada por un niño en una botella de plástico.

Tu avanzadilla se cuela por la tela de araña de mis arterias,
y juega al corro con mis hematíes.

Mis converses, insurrectas, no obedecen
a las corcheas que disparas al centro de sus suelas.

El vibrador del móvil te acerca a mi bolsillo.
Te pegas a mis pulgares con lascivia.

Quieres absorberme.
Pero no sabes que no puedo seguirte.

Mi madre es una sirena del Caribe.
Mi padre, un saltamontes arrítmico.